En el cole todos se reían de Loren por sus
gafas, apenas tenía amigos, por lo que siempre estaba leyendo en el recreo y no
jugaba. ËL siempre se recordaba con gafas,
cuando nació, sus padres se dieron cuenta de que no veía bien, y el
médico oftalmólogo, el señor Búho, le recetó sus gafas. Eran rojas, con unas
pequeñas rallas negras en las patillas, y a él le encantaban. Desde que se las
compraron sus padres aprendió a leer, y descubrió la de aventuras que podía
vivir mediante los libros.
Un día llegó
una chica nueva a clase, era muy aplicada, y siempre levantaba la mano para
contestar las preguntas de la maestra,
incluso se adelantaba a Loren.
Cuando salieron al recreo, Loren se sorprendió, Manuela, la chica nueva,
estaba leyendo el mismo libro que él. Se sentó junto a ella y empezaron a
hablar de todos y todos los libros que habían leído. Manuela le contó que en
villápolis, su antigua ciudad, había un club de lectura, al cual pertenecía
ella.
La idea
del club de lectura entusiasmó a Loren: “Sí, Sí, que guay!!!hagamos uno aquí en
nuestro cole!!!!”
Manuela
estuvo de acuerdo, le contó lo que tenían que hacer, hablaron con la directora
y crearon un montón de carteles anunciando el club de lectura, que pegaron por
todos los pasillos y por toda la ciudad.
A la
semana siguiente, por la tarde acudieron a la primera de las reuniones del
club, muy animados. Cuando abrieron la puerta se sorprendieron….. Había mucha
gente del pueblo!!!! Loren se quedó boquiabierto, él siempre pensó que era raro
por leer, porque le gustaban los libros!!pero sin embargo, allí había muchos
conocidos del pueblo!!
Estuvieron
hablando toda la tarde, de libros, aventuras, se prestaron unos a otros sus
libros preferidos, para leerlos y quedaron para la semana siguiente.
Loren
llegó a su casa entusiasmado: ¡Papá, Mamá, e conocido a mucha gente, me han
prestado este libro, y he hecho nuevos amigos!!!! La mamá de Loren le dijo:
“ves cariño, no es malo leer, pero tienes que relacionarte con gente, y no
aislarte en los libros”
Loren
estaba muy contento, y no podía dejar de pensar en la próxima reunión de su
Club de Lectura.
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